El Grano de Oro: La QUINUA

Publicado el: miércoles, 20 febrero 2013

Fuente: Esperanza Bolivia. 20 de febrero del 2013

La ONG Esperanza Bolivia viene desarrollando el proyecto “Seguridad Alimentaria Nutricional en tres Municipios de Tarija y Chuquisaca” – Proyecto Quinua – con el objetivo de promover el desarrollo económico, social y nutricional de las familias de los municipios de Yunchará y El Puente en el departamento de Tarija, y Culpina en Chuquisaca; mediante la introducción de un nuevo cultivo de alto valor nutricional y rentabilidad, con demanda creciente en el mercado nacional e internacional: la Quinua, el grano de oro.

El proyecto Quinua ejecutado por Esperanza Bolivia en asocio con la ONG Louvain Coopération au Développement,con el apoyo financiero de Bélgica y la contraparte de los municipios involucrados, tiene dos componentes fundamentales: 1) el agrícola, con la introducción del cultivo de Quinua en las prácticas agrícolas, y 2) el nutricional, mediante el fomento para el consumo del cereal por las familias beneficiarias;contemplando de manera global aspectos socioeconómicos y medioambientales, que permitan dinamizar la economía y la nutrición en los municipios meta.

1) Componente Agrícola.

El mismo que consta de tres fases: Fase 1 de Investigación, Fase 2 de producción semicomercial, y Fase 3 de expansión comercial.

Fase 1 – Investigación:En la primer fase de investigación, se evaluó el comportamiento agronómico de 7 variedades de Quinua Real introducidas de regiones circundantes al salar de Uyuni, zona de mayor producción en Bolivia y por ende en el mundo; variedades que fueron evaluadas en tres épocas de siembra, permitiéndonos al cabo de la campaña 2010 – 2011, determinar las variedades que mejor se adaptan a cada zona de producción en los municipios meta y definir la época o momentos adecuados para la siembra.

Fase 2 – Expansión Semicomercial:La segunda fase del componente agrícola, realizada durante la campaña 2011 – 2012, fase de expansión semicomercial del cultivo, se amplió la superficie sembrada y el número de productores involucrados, introduciendo mejoras tecnológicas en el cultivo, como la mecanización de la siembra y maquinaria de apoyo para las labores de la trilla en la pos-cosecha.

Fase 3 – Expansión Comercial:Actualmente el proyecto está en la tercer fase de expansión comercial del cultivo, involucrando mayor cantidad de productores en los tres municipios e incrementando la superficie sembrada con quinua. Para esta fase se pretende asociar a los productores para que en el futuro puedan ellos de manera autosuficiente gestionar la producción y comercialización de la quinua.

Si bien el cultivo de la quinua como tal no es nuevo en las zonas altiplánicas de Tarija y las pampas de Culpina, en esta oportunidad se introducen nuevas variedades con las características de Quinua Real, que se diferencia de la quinua criolla principalmente por el tamaño del grano, condición mínima para ser comercializado en el mercado nacional y de exportación.

Un aporte fundamental de este proyecto es la documentación y sistematización de las experiencias y resultados obtenidos en la investigación, y el desarrollo general del proyecto, aportando así a la construcción de nuestros conocimientos.

La planta de la Quinua presenta condiciones extraordinarias para su desarrollo en condiciones adversas, es una excepción su buen desarrollo en suelos salinos, notablemente en los bordes del salar de Uyuni, condición en la que muy pocas especies vegetales logran sobrevivir; luego es tolerante a la sequía y a las heladas, aunque para estos dos factores depende mucho del estado fenológico de la planta; pero finalmente, la mayor prueba de la rusticidad de esta planta es su buen comportamiento en las condiciones meteorológicas extremas del altiplano boliviano, donde debido al monocultivo y malas prácticas agrícolas, el proceso de desertificación es cada vez más severo, dejando arenales donde únicamente crece la quinua, aunque claro, solo hasta extraer lo último de la materia orgánica, también deficiente es esos parajes.

Al contrario, las condiciones agroecológicas de la zona alta de Tarija en los municipios de Yunchará y El Puente, y las de la pampa de Culpina en Chuquisaca; presentan condiciones mucho más favorables para cualquier cultivo, con suelos profundos y más ricos en materia orgánica, bajo condiciones meteorológicas menos extremas que las del altiplano potosino – orureño, mayores niveles de precipitación pluvial y mayor disponibilidad de agua para riegos complementarios, etc., condiciones que presagian mayor éxito en este cultivo. Sin embargo, como si esta planta estaría solo destinada a las condiciones de los más pobres, en todas estas mejores condiciones, el desarrollo de la misma es afectada por las mejores condiciones de humedad y fertilidad de los suelos. Por un lado la mayor humedad ambiental favorece el desarrollo de enfermedades fúngicas como el Mildium de la Quinua, afectando notablemente al cultivo, y por otra parte las buenas condiciones del suelo también favorecen el desarrollo de las malezas, afectando significativamente al cultivo que es muy susceptible a la competencia de las malas hierbas.

Bajo las condiciones desérticas del altiplano boliviano, con fuertes vientos, poca humedad y suelos pobres; el ataque de hongos es bastante reducido y las malezas apenas se hacen presentes.

Partimos con la premisa que nuestras condiciones son mucho más favorables para el desarrollo de cualquier cultivo, luego y basados en la experimentación, evidenciamos que nuestras fortalezas agroecológicas también conllevan debilidades; sin embargo, conscientes que para la introducción de un nuevo cultivo a una zona, es necesario un “Proceso” de adopción y desarrollo de tecnología; el equipo técnico del proyecto desarrolló tecnología apropiada a las condiciones de las zonas de investigación.

Los resultados de investigación aplicada y compartida, con parcelas conducidas en condiciones propias de los productores en las diferentes zonas de investigación (más de 30 comunidades) mostraron un gran potencial de producción en comunidades de Yunchará e Iscayachi, con rendimientos máximos obtenidos en algunas parcelas, más de dos veces superiores al promedio nacional, que según datos de la FAO sería de 591 kg/ha., obteniéndose en nuestras mejores parcelas rendimientos de 894 a 1,304 kg/ha.

Entre los principales logros, especialmente para las comunidades ensayadas en los municipios de Tarija, destacamos la definición de las mejores variedades tanto para las zonas altas como para las zonas medias, las mismas que en orden de importancia serían Sajama, K’ellu, Pasancalla y Pantela; la definición de la época de siembra que se da entre la segunda quincena de septiembre y como máximo la primer quincena de noviembre; y englobando de manera general el cultivo, un paquete tecnológico desarrollado para las condiciones propias de nuestras zonas, el mismo que fue publicado como cartillas divulgativas “Notas Técnicas del Cultivo de la Quinua” y “Guía Práctica para el Cultivo de la Quinua”.

2) Componente Nutricional.

En este componente se trabaja en la introducción de la Quinua en la dieta básica de las familias beneficiarias, mediante talleres de preparación de alimentos en base a la quinua y la difusión de un recetario con gran variedad de alimentos de fácil preparación en las zonas de intervención del proyecto, incluyendo desayunos, sopas, segundos, refrescos y postres. Es importante destacar que el gran valor nutritivo de la quinua está basado en la calidad y cantidad de aminoácidos esenciales que componen sus proteínas.

En el aspecto comercial, se logró comercializar exitosamente toda la producción obtenida en las parcelas apoyadas por el proyecto, resaltándose que en los análisis realizados por la empresa exportadora, se cumplieron con todas las exigencias de la calidad del grano.

Actualmente Bolivia es el principal productor mundial de la Quinua, sin embargo su extraordinarias ventajas de rusticidad y resistencia a condiciones extremas para su cultivo, pero sobre todo su alto valor alimenticio, ha despertado gran interés en la comunidad internacional, tal vez otra hora como la Papa también originaria de nuestra región, tubérculo que se expandió en todo el mundo “multiplicando” los rendimientos obtenidos en nuestro país, gracias al desarrollo de nuevas variedades y tecnologías de cultivo.

La Quinua, cuyo origen o centro de diversidad genética se encuentra en los Andes y específicamente en nuestro altiplano boliviano, es sin duda alguna una gran oportunidad, sin embargo a estas oportunidades hay que refrendarlas con investigación, nuestra investigación. Al respecto recomendamos el artículo de Andrea Baudoin Farah (2013) Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica (IPDRS, Diálogos N° 95, Enero 2013).

En Esperanza Bolivia, seguimos imaginado y gestionando proyectos para el desarrollo rural; siempre comprometidos con el desarrollo integral de la persona en un ambiente saludable y autosustentable.