Producción de quinua beneficia a 300 familias de tres municipios

Publicado el: miércoles, 27 marzo 2013

Fuente: EL NACIONAL. 27 de marzo 2013

Unas trescientas familias de Chuquisaca y Tarija son beneficiarias de la producción de quinua desde hace tres años.

Fue un proyecto dela Organización NoGubernamental (ONG), Esperanza Bolivia, según el gerente de Seguridad Alimentaria de esa entidad, Sergio Martínez, el que permitió que cerca de20 hectáreasde cultivos de quinua estén distribuidos en Yunchará y El Puente, municipios de Tarija y Culpina de Chuquisaca.

La ejecución del proyecto permitió definir la época adecuada del año para cultivar ese producto y las variedades a ser utilizadas.

Según Martínez, se determinó que el tiempo adecuado para la siembra de quinua es entre la segunda semana de septiembre y la primera quincena de noviembre.

También se verificó que las mejores variedades de quinua adaptables en esos tres municipios son Sajama, K’ellu, Pasancalla y Pantela.

Martínez indicó que para mejorar la producción fueron publicadas “Notas Técnicas del Cultivo dela Quinua” y “Guía Práctica para el Cultivo dela Quinua”, las que sirvieron a los comunarios para a mejorar su actividad.

Tras haberse declarado a 2013 como el “Año internacional de la quinua”, Esperanza Bolivia buscará ampliar los cultivos en otros municipios, debido al alto valor nutritivo que tiene el producto.

El proyecto denominado “Seguridad alimentaria nutricional en municipios de Tarija y Chuquisaca”, en el que trabajó Esperanza Bolivia, pretende incluir la quinua en la dieta alimenticia de cada vez mayor número de personas.

El presidente dela Cámara AgropecuariaTarija (CAT), Esteban Miranda, dijo que tierras del departamento tienen potencialidades para la producción de quinua, por tanto, animó a los campesinos a descubrir y aprovechar las capacidades de ésta.

losDATOS:

–          Identifican que entre septiembre y noviembre es la época adecuada para sembrar quinua.

–          Entre las variedades de quinua adaptables están: Sajama, K’ellu y Pantela.

Por: VIRGINIA VELASQUEZ PERALES